Índice
Desde Brasil nos llega este Honda Civic con una impecable preparación tuning.
Cuando recibí el mail de Waldomiro (curioso nombre, ¿verdad?) pensé que se trataba de un fanático seguidor portugués de la Maxi Tuning española, ya que éste estaba escrito en ese idioma. Craso error el mío, ya que al preguntarle de dónde era, me contestó que de Sao Paulo, en Brasil. Curioso pero cierto, y es que la www (World Wide Web), la gran red mundial, nos permite comunicarnos rápidamente con cualquier parte del mundo; y pensar que hace tan sólo unos años enviar una carta a ese país era toda una odisea… un colega me envió una postal desde Sao Paulo y llegó a Barcelona al cabo de dos meses, cuando él ya hacía tiempo que había regresado de su viaje.
E-mail entrante
Así que vía e-mail, tan sólo con la diferencia horaria en contra o a favor –todo depende de cómo se mire–, empezamos a hablar con Waldomiro dos Santos, quien estaba trabajando en un nuevo proyecto con la base de un Honda Civic del 92. Éste es ya su quinto coche tuning y estamos más que seguros de que no será el último. Él quería mostrarlo al mundo en exclusiva en la revista Maxi Tuning, así que pese a que recibió ofertas de otras publicaciones de su país, fue fiel a su palabra y a sus principios hasta el final, y aquí está el The Killer, un show-car ante el que nadie se quedará indiferente. Nos recuerda esa época del tuning español llamada Racing Spain llegada después del estilo fino, en la que nuestros coches se recubrían con colores de guerra parecidos a éste con pintadas alucinantes.
En busca de la exclusividad
Waldomiro quería marcar la diferencia en su país y la verdad es lo ha conseguido en el mundo entero con esta salvaje preparación con mucho colorido y recursos un tanto curiosos. La tele de su salón un buen día desapareció por arte de magia y apareció instalada en el interior del Civic, así que a nuestro amigo le tocó dormir castigado en el sofá… Pero eso no fue lo único que desapareció de su casa, ¿dónde está su equipo de DJ profesional Deon? Para arreglarlo y hacer las paces le dio curro a su mujer, quien se encargó de colocar los 395 cristales de Swarovski en el interior y los 5950 en cada llanta de este coche, todos con su certificado de garantía, un trabajito de esos que no va a olvidar, y es que tres semanas por rueda pegando piedrecitas es casi una tortura.
El motor es algo que al otro lado del charco tienen muy en cuenta y se toman muy en serio; de entrada, este Civic movido con alcohol daba 175 caballos, y ahora según nos cuenta llega, en sueños, a los 450 caballos (kit de turbo, intercooler y tres bombonas de óxido nitroso NX, todo puramente estético, pero eso mejor nos lo quedamos para nosotros).
La carrocería, igual que pasa en nuestro país, fue empezada por unos y acabada por otros por motivos que todos podemos imaginar (tiempo, dinero, acabados…). El proyecto The Killer se comenzó en TecArt (no confundir con el preparador alemán), quien se encargó del kit de carrocería en el cual se mezclan piezas compradas y otras artesanales, y luego fue acabado y pintado por Dinho’s, que realizó más o menos el 40% del trabajo. La idea de la pintada, como su propietario nos cuenta, está inspirada en los coches tuning de los países del Mediterráneo; ahora podéis daros cuenta de la magnitud que tiene internet a la hora de marcar tendencias. La carrocería cuenta con pilotos tipo lexus con fondo negro, faros delanteros con xenón y puertas de apertura vertical obra de un amigo herrero, quien además le hizo las barras de aluminio para el interior. Las llantas, según nos cuenta, fueron traídas de Italia, y es que en su país encontrar llantas de 20” es muy difícil; éstas se calzaron con neumáticos Yokohama. Además, dispone de suspensión neumática con vías independientes controladas por mando a distancia.
Directo al corazón
Por dentro, este Honda Civic The Killer es brutal; se ha convertido a biplaza con baquets Momo, la misma marca utilizada para el volante y algunos otros complementos. El interior está totalmente personalizado: se ha enfibrado el salpicadero y los paneles de puerta y se ha creado una gran bañera trasera. Sorprendente es ver dónde llega la imaginación, ya que el cuadro de mandos ha desaparecido y en su lugar se han colocado gran cantidad de relojes Autogauge instalados en tubos de acero inoxidable. Como era de esperar viniendo este coche de ultramar, el equipo de audio se ha diseñado para que suene más fuera que dentro; en Brasil incluso hacen concursos de sonido para este tipo de instalaciones de puro espectáculo. El equipo, formado con componentes de marcas tan diversas como Pioneer, Clarion, Soundstream, Cerwin Vega o Rockford, ocupa toda la parte trasera, y para rematar esta discoteca con ruedas, Waldomiro colocó 23 neones, unos cuantos flashes y una máquina de humo a 12 voltios.
¿Estás preparado para morir? Éste es el The Killer.
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Cuando recibí el mail de Waldomiro (curioso nombre, ¿verdad?) pensé que se trataba de un fanático seguidor portugués de la Maxi Tuning española, ya que éste estaba escrito en ese idioma. Craso error el mío, ya que al preguntarle de dónde era, me contestó que de Sao Paulo, en Brasil. Curioso pero cierto, y es que la www (World Wide Web), la gran red mundial, nos permite comunicarnos rápidamente con cualquier parte del mundo; y pensar que hace tan sólo unos años enviar una carta a ese país era toda una odisea… un colega me envió una postal desde Sao Paulo y llegó a Barcelona al cabo de dos meses, cuando él ya hacía tiempo que había regresado de su viaje.
E-mail entrante
Así que vía e-mail, tan sólo con la diferencia horaria en contra o a favor –todo depende de cómo se mire–, empezamos a hablar con Waldomiro dos Santos, quien estaba trabajando en un nuevo proyecto con la base de un Honda Civic del 92. Éste es ya su quinto coche tuning y estamos más que seguros de que no será el último. Él quería mostrarlo al mundo en exclusiva en la revista Maxi Tuning, así que pese a que recibió ofertas de otras publicaciones de su país, fue fiel a su palabra y a sus principios hasta el final, y aquí está el The Killer, un show-car ante el que nadie se quedará indiferente. Nos recuerda esa época del tuning español llamada Racing Spain llegada después del estilo fino, en la que nuestros coches se recubrían con colores de guerra parecidos a éste con pintadas alucinantes.
En busca de la exclusividad
Waldomiro quería marcar la diferencia en su país y la verdad es lo ha conseguido en el mundo entero con esta salvaje preparación con mucho colorido y recursos un tanto curiosos. La tele de su salón un buen día desapareció por arte de magia y apareció instalada en el interior del Civic, así que a nuestro amigo le tocó dormir castigado en el sofá… Pero eso no fue lo único que desapareció de su casa, ¿dónde está su equipo de DJ profesional Deon? Para arreglarlo y hacer las paces le dio curro a su mujer, quien se encargó de colocar los 395 cristales de Swarovski en el interior y los 5950 en cada llanta de este coche, todos con su certificado de garantía, un trabajito de esos que no va a olvidar, y es que tres semanas por rueda pegando piedrecitas es casi una tortura.
El motor es algo que al otro lado del charco tienen muy en cuenta y se toman muy en serio; de entrada, este Civic movido con alcohol daba 175 caballos, y ahora según nos cuenta llega, en sueños, a los 450 caballos (kit de turbo, intercooler y tres bombonas de óxido nitroso NX, todo puramente estético, pero eso mejor nos lo quedamos para nosotros).
La carrocería, igual que pasa en nuestro país, fue empezada por unos y acabada por otros por motivos que todos podemos imaginar (tiempo, dinero, acabados…). El proyecto The Killer se comenzó en TecArt (no confundir con el preparador alemán), quien se encargó del kit de carrocería en el cual se mezclan piezas compradas y otras artesanales, y luego fue acabado y pintado por Dinho’s, que realizó más o menos el 40% del trabajo. La idea de la pintada, como su propietario nos cuenta, está inspirada en los coches tuning de los países del Mediterráneo; ahora podéis daros cuenta de la magnitud que tiene internet a la hora de marcar tendencias. La carrocería cuenta con pilotos tipo lexus con fondo negro, faros delanteros con xenón y puertas de apertura vertical obra de un amigo herrero, quien además le hizo las barras de aluminio para el interior. Las llantas, según nos cuenta, fueron traídas de Italia, y es que en su país encontrar llantas de 20” es muy difícil; éstas se calzaron con neumáticos Yokohama. Además, dispone de suspensión neumática con vías independientes controladas por mando a distancia.
Directo al corazón
Por dentro, este Honda Civic The Killer es brutal; se ha convertido a biplaza con baquets Momo, la misma marca utilizada para el volante y algunos otros complementos. El interior está totalmente personalizado: se ha enfibrado el salpicadero y los paneles de puerta y se ha creado una gran bañera trasera. Sorprendente es ver dónde llega la imaginación, ya que el cuadro de mandos ha desaparecido y en su lugar se han colocado gran cantidad de relojes Autogauge instalados en tubos de acero inoxidable. Como era de esperar viniendo este coche de ultramar, el equipo de audio se ha diseñado para que suene más fuera que dentro; en Brasil incluso hacen concursos de sonido para este tipo de instalaciones de puro espectáculo. El equipo, formado con componentes de marcas tan diversas como Pioneer, Clarion, Soundstream, Cerwin Vega o Rockford, ocupa toda la parte trasera, y para rematar esta discoteca con ruedas, Waldomiro colocó 23 neones, unos cuantos flashes y una máquina de humo a 12 voltios.
¿Estás preparado para morir? Éste es el The Killer.
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