Rally Argentina Bariloche 1983
Audi congeló a Lancia
Revista Corsa Nro 897. Agosto de 1983
Entre la nieve, el hielo, el barro y la lógica alemana fríamente aplicada contra el "fuego" itálico.
Los ganadores, Hannu Mikkola (derecha) y Ame Hertz, festejando en el Centro Civico no solo su victoria en Bariloche, sino también su mejoría en la clasificación del campeonato. Para Audi, empieza el año de nuevo ...
Los cuatro Audi Quattro al frente de la clasificación final del Rally, seguidos del solitario Lancia de Alen, neutralizan en gran parte la ventaja italiana en el Mundial. Pero hubo mucho mas ...
Buenos Aires. 2 de Agosto de 1983. 22.00 Hs
La Largada
Desde la rampa situada frente a la sede central del A.C.A. se cerraban oficialmente dos años de ausencia argentina de los mas selectos calendarios internacionales del automovilismo deportivo.
La partida del primer auto, ordenada formalmente por el Intendente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, comenzaba a liberar el entusiasmo contenido durante tanto tiempo por una afición que supo disfrutar de grandes acontecimientos, y la tensión que había acumulado la organización de una empresa semejante. Todos los engranajes del monstruoso, preciso y complejo mecanismo que exige la organización de un Rally de jerarquía mundial, se ponían definitivamente en marcha junto con las 94 esperanzas que, finalmente aceptaban el reto.
Los profesionales de Audi, de Lancia; los de Renault ... Los sentimientos del publico que todo lo desbordó, encendidos al máximo por Di Palma y Mayorga...
El heterogéneo "resto" ... Las autoridades.. La prensa de todas partes ... Todo el color. Todo el fervor...
La argentina automovilística volvía al mundo ...
Primera etapa
Mientras Blomqvist volaba por la llanura ...
Di Palma asombró
Demostrando asombrosa rapidez de adaptación a una disciplina desconocida para él, Rubén Luis Di Palma dio la gran nota de esta etapa inicial del Rally, fortaleciendo la esperanza argentina al cerrar dignamente el batallón líder de Audi Quattro. Claro que faltaba lo peor ...
Tras el epilogo de la primera etapa, surgían una serie de consideraciones que aquí desarrollamos con espíritu analítico. A lo largo de los dos primes clasificatorios, el panorama se fue definiendo casi sin problemas. Un enlace como prólogo, donde sucumbieron cuatro aspiraciones (Chazarreta, Hernández, Klis y Abella Nazar), dio la pauta de lo duro que sería afrontar la prueba a la hora del reloj. Y hubo, tal como se preveía, dos clases netamente definidas: una, la compuesta por los equipos Lancia y Audi, y otra, la que conformaba el lote de los argentinos, donde el equipo Renault aparecía con mejores perspectivas ante el apoyo total de la fabrica. Entre ambos hubo una diferencia casi abismal, patentizada en las largas rectas que compusieron los dos primeros primes que, a pesar de su aparente facilidad, eran complicados en virtud de varias curvas que no dejaban ningún tipo de margen para el error.
Las cosas en su lugar
Evidentemente, las diferencias existen y se palparon fielmente cuando la bandera dio el vía libre. Decididamente, los Audi Quattro fueron acumulando la necesaria ventaja sobre los Lancia. Aunque estos parciales de apertura no sirvieran para determinar que esa sería la tónica para el resto de la prueba, llamó poderosamente la atención el hecho de que sin mayores problemas el equipo alemán saco partido en un escenario donde los Lancia se jugaban una de sus cartas mas favorables.
Si bien por características técnicas el elenco italiano aparecía -a priori- como favorito por las condiciones del piso y por el trazado veloz, Audi auguraba un trabajo en el que no le perdería pisada a los Lancia. Pero la cosa fue exactamente al revés. Todo el elenco Audi copó de entrada el panorama, dominando con todos sus autos en los primeros puestos... y los rostros comenzaron a mostrar señas inequívocas cuando los números dijeron su verdad (la clasificación se confirmó recién a las 21 Hs). Seriedad, evadiendo las preguntas, en los de Lancia, y una cauta alegría en los de Audi "agrandados" psicológicamente ante sus rivales. Y dentro de ese estado de cosas, adquiría una dimensión amplia lo desarrollado por Luis Di Palma. Aun a pesar de la tierra y las piedras que obstaculizaron permanentemente su trabajo, el arrecifeño, que cumplía su primer paso en una disciplina inédita para el, fue hilvanando la carrera de una manera asombrosa. Casi en la misma forma de años atrás, cuando el TC de los caminos de tierra lo vio forjar hazañas, Luis, ahora, con algunos años mas pero con el mismo espíritu de antaño, mezcló su nombre entre los cinco primeros "alegrando" una carrera que en realidad es una lucha entre dos marcas que aspiran al Campeonato Mundial. En la apertura, Blomqvist y Mikkola se repartieron los primes, favoreciendo al primero el computo general. El matrimonio Mehta fue el tercero en discordia y el cuarteto se completo con Michele Mouton y Luis Di Palma, que con su quinto lugar fue, sin dudas, la gran revelación de la etapa. En cuanto a los demás argentinos, el Renault 18 de Jorge Recalde -aunque lejos de la punta- hacía una carrera conservadora, escondiendo quizás algo de potencia para sacarla a relucir en las instancias finales. Moroni aparecía algo mas retrasado pues, como el mismo confesara, "se hace muy difícil seguirle el tren a Recalde". Soto padeció con la bomba de nafta, mientras que Mayorga, Fenoglio, Barceló, Raies, Maggi, Santángelo, Celis y Chiavarolle, luchaban con la desventaja lógica respecto de la punta de la carrera.
Como dijo alguien: "no se vayan, que ahora viene lo mejor ...". Di Palma ya había dado la pauta de lo que puede hacer, por lo que la sorpresa podía ir en aumento en las etapas subsiguientes. Pero lo concreto es que Lancia mostraba cierta preocupación (Alen evitó todo comentario). La misión de Vudafieri era la de hacer de cuña entre los Audi para evitar que se agruparan, mas no logró un resultado positivo. Lo único que ganó fue la recriminación bastante fuerte y en términos nada amistosos de Michele Mouton.
Segunda etapa
Mientras los argentinos subían su cotización y ponían la sal en el rally...
Audi siguió mandando
El binomio sueco Stig Blomqvist - Bjorn Cederberg prosiguió encabezando el marcado predominio de los Audi Quattro en el Rally, ganando los dos primes iniciales y la etapa. Donde el terreno comenzó a acentuar su exigencia, la tracción integral germana estableció diferencias ...
Haciendo memoria, uno debe hilar muy fino para asociar el espectáculo vivido en esta segunda etapa, con otro.
Estuvieron dados todos los ingredientes ... nieve, barro, lluvia, caminos donde los huellones y las dificultades eran una tacita invitación a la cordura si prevalecía en los que se mantenían en carrera, la ambición de llegar. Fundamentalmente, el estado del camino obligaba a que los pilotos limitaran su trabajo, claro a las condiciones técnicas de sus respectivos autos. Entendemos que mas allá de la fibra individual de cada piloto, si bien es factor importante, en el caso de esta segunda etapa, todo quedaba librado a lo que pudiera ofrecer el auto.
Y dentro de esas condiciones, los mas favorecidos fueron, sin ninguna duda, los Audi Quattro. Su desempeño en condiciones tan anormales fue el mismo que mostraron sobre piso seco. Excepcional agarre, sin un atisbo de merma en su rendimiento, deslizando como sobre un carril, mientras los Lancia mostraron una tendencia -agravada- al derrape, en la generalidad de los casos no fue del tipo de los que se denominan "controlado"...
Por eso Audi colocó a cuatro de sus autos (Blomqvist, Mikkola, Mouton y Mehta) en las cuatro primeras posiciones de la general al cabo de las dos etapas. Ese dominio esta basado -y asi lo certificaron en el recorrido de la segunda etapa- en las bondades de un auto que permite un lucimiento si concesiones a quien lo maneje, siempre y cuando exista la necesaria comunión entre hombre y maquina. Por supuesto, todo requiere su tiempo de "acostumbramiento" y eso, justamente fue lo que le falto a Luis Rubén Di Palma para dar la ultima puntada a una carrera que desde la largada fue para el asombro. El talento del arrecifeño lo llevó muy adelante, en un trabajo sin concesiones. Pero ... para desazón de Luis y obrando en contra de los atractivos de la carrera, un topetazo contra la montaña en el quinto contra la montaña en el quinto prime acabó con toda su chance.
Aunque de todos modos expuso que cuando se tienen condiciones naturales nada es imposible. Claro que, Di Palma pagó tributo a su escasa experiencia sobre un auto y una disciplina tan especiales. De todos modos, lo hecho vale. Y mucho ...
En cuanto a esa permanente lucha que tiene como objetivo primordial el Campeonato Mundial, Lancia se llevó, al cabo de esta segunda etapa, una alegría al ganar su primer prime (Vudafieri) avanzando en la clasificación general. Pero fue evidente que sus autos no funcionaban, en condiciones tan anormales, con la efectividad que acusaron, por ejemplo, en la etapa de apertura, cuando el piso no ofreció dificultades.
Mostraron, como decíamos, una tendencia común al derrape más allá de los limites normales, y si bien, generalmente, corregían con solvencia, no mostraron grandes cualidades para desempeñarse sobre nieve, barro (donde se encajó definitivamente Mayorga) o hielo. La tracción trasera, evidentemente, no sirvió para quebrar la hegemonía de los Audi Quattro. Blomqvist siguió como dominador y a sus espaldas Mikkola y Mouton cuidaron la tibia embestida que intentó Alen trepando un peldaño, o el trabajo de Vudafieri.
Audi congeló a Lancia
Revista Corsa Nro 897. Agosto de 1983
Entre la nieve, el hielo, el barro y la lógica alemana fríamente aplicada contra el "fuego" itálico.
Los ganadores, Hannu Mikkola (derecha) y Ame Hertz, festejando en el Centro Civico no solo su victoria en Bariloche, sino también su mejoría en la clasificación del campeonato. Para Audi, empieza el año de nuevo ...
Los cuatro Audi Quattro al frente de la clasificación final del Rally, seguidos del solitario Lancia de Alen, neutralizan en gran parte la ventaja italiana en el Mundial. Pero hubo mucho mas ...
Buenos Aires. 2 de Agosto de 1983. 22.00 Hs
La Largada
Desde la rampa situada frente a la sede central del A.C.A. se cerraban oficialmente dos años de ausencia argentina de los mas selectos calendarios internacionales del automovilismo deportivo.
La partida del primer auto, ordenada formalmente por el Intendente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, comenzaba a liberar el entusiasmo contenido durante tanto tiempo por una afición que supo disfrutar de grandes acontecimientos, y la tensión que había acumulado la organización de una empresa semejante. Todos los engranajes del monstruoso, preciso y complejo mecanismo que exige la organización de un Rally de jerarquía mundial, se ponían definitivamente en marcha junto con las 94 esperanzas que, finalmente aceptaban el reto.
Los profesionales de Audi, de Lancia; los de Renault ... Los sentimientos del publico que todo lo desbordó, encendidos al máximo por Di Palma y Mayorga...
El heterogéneo "resto" ... Las autoridades.. La prensa de todas partes ... Todo el color. Todo el fervor...
La argentina automovilística volvía al mundo ...
Primera etapa
Mientras Blomqvist volaba por la llanura ...
Di Palma asombró
Demostrando asombrosa rapidez de adaptación a una disciplina desconocida para él, Rubén Luis Di Palma dio la gran nota de esta etapa inicial del Rally, fortaleciendo la esperanza argentina al cerrar dignamente el batallón líder de Audi Quattro. Claro que faltaba lo peor ...
Tras el epilogo de la primera etapa, surgían una serie de consideraciones que aquí desarrollamos con espíritu analítico. A lo largo de los dos primes clasificatorios, el panorama se fue definiendo casi sin problemas. Un enlace como prólogo, donde sucumbieron cuatro aspiraciones (Chazarreta, Hernández, Klis y Abella Nazar), dio la pauta de lo duro que sería afrontar la prueba a la hora del reloj. Y hubo, tal como se preveía, dos clases netamente definidas: una, la compuesta por los equipos Lancia y Audi, y otra, la que conformaba el lote de los argentinos, donde el equipo Renault aparecía con mejores perspectivas ante el apoyo total de la fabrica. Entre ambos hubo una diferencia casi abismal, patentizada en las largas rectas que compusieron los dos primeros primes que, a pesar de su aparente facilidad, eran complicados en virtud de varias curvas que no dejaban ningún tipo de margen para el error.
Las cosas en su lugar
Evidentemente, las diferencias existen y se palparon fielmente cuando la bandera dio el vía libre. Decididamente, los Audi Quattro fueron acumulando la necesaria ventaja sobre los Lancia. Aunque estos parciales de apertura no sirvieran para determinar que esa sería la tónica para el resto de la prueba, llamó poderosamente la atención el hecho de que sin mayores problemas el equipo alemán saco partido en un escenario donde los Lancia se jugaban una de sus cartas mas favorables.
Si bien por características técnicas el elenco italiano aparecía -a priori- como favorito por las condiciones del piso y por el trazado veloz, Audi auguraba un trabajo en el que no le perdería pisada a los Lancia. Pero la cosa fue exactamente al revés. Todo el elenco Audi copó de entrada el panorama, dominando con todos sus autos en los primeros puestos... y los rostros comenzaron a mostrar señas inequívocas cuando los números dijeron su verdad (la clasificación se confirmó recién a las 21 Hs). Seriedad, evadiendo las preguntas, en los de Lancia, y una cauta alegría en los de Audi "agrandados" psicológicamente ante sus rivales. Y dentro de ese estado de cosas, adquiría una dimensión amplia lo desarrollado por Luis Di Palma. Aun a pesar de la tierra y las piedras que obstaculizaron permanentemente su trabajo, el arrecifeño, que cumplía su primer paso en una disciplina inédita para el, fue hilvanando la carrera de una manera asombrosa. Casi en la misma forma de años atrás, cuando el TC de los caminos de tierra lo vio forjar hazañas, Luis, ahora, con algunos años mas pero con el mismo espíritu de antaño, mezcló su nombre entre los cinco primeros "alegrando" una carrera que en realidad es una lucha entre dos marcas que aspiran al Campeonato Mundial. En la apertura, Blomqvist y Mikkola se repartieron los primes, favoreciendo al primero el computo general. El matrimonio Mehta fue el tercero en discordia y el cuarteto se completo con Michele Mouton y Luis Di Palma, que con su quinto lugar fue, sin dudas, la gran revelación de la etapa. En cuanto a los demás argentinos, el Renault 18 de Jorge Recalde -aunque lejos de la punta- hacía una carrera conservadora, escondiendo quizás algo de potencia para sacarla a relucir en las instancias finales. Moroni aparecía algo mas retrasado pues, como el mismo confesara, "se hace muy difícil seguirle el tren a Recalde". Soto padeció con la bomba de nafta, mientras que Mayorga, Fenoglio, Barceló, Raies, Maggi, Santángelo, Celis y Chiavarolle, luchaban con la desventaja lógica respecto de la punta de la carrera.
Como dijo alguien: "no se vayan, que ahora viene lo mejor ...". Di Palma ya había dado la pauta de lo que puede hacer, por lo que la sorpresa podía ir en aumento en las etapas subsiguientes. Pero lo concreto es que Lancia mostraba cierta preocupación (Alen evitó todo comentario). La misión de Vudafieri era la de hacer de cuña entre los Audi para evitar que se agruparan, mas no logró un resultado positivo. Lo único que ganó fue la recriminación bastante fuerte y en términos nada amistosos de Michele Mouton.
Segunda etapa
Mientras los argentinos subían su cotización y ponían la sal en el rally...
Audi siguió mandando
El binomio sueco Stig Blomqvist - Bjorn Cederberg prosiguió encabezando el marcado predominio de los Audi Quattro en el Rally, ganando los dos primes iniciales y la etapa. Donde el terreno comenzó a acentuar su exigencia, la tracción integral germana estableció diferencias ...
Haciendo memoria, uno debe hilar muy fino para asociar el espectáculo vivido en esta segunda etapa, con otro.
Estuvieron dados todos los ingredientes ... nieve, barro, lluvia, caminos donde los huellones y las dificultades eran una tacita invitación a la cordura si prevalecía en los que se mantenían en carrera, la ambición de llegar. Fundamentalmente, el estado del camino obligaba a que los pilotos limitaran su trabajo, claro a las condiciones técnicas de sus respectivos autos. Entendemos que mas allá de la fibra individual de cada piloto, si bien es factor importante, en el caso de esta segunda etapa, todo quedaba librado a lo que pudiera ofrecer el auto.
Y dentro de esas condiciones, los mas favorecidos fueron, sin ninguna duda, los Audi Quattro. Su desempeño en condiciones tan anormales fue el mismo que mostraron sobre piso seco. Excepcional agarre, sin un atisbo de merma en su rendimiento, deslizando como sobre un carril, mientras los Lancia mostraron una tendencia -agravada- al derrape, en la generalidad de los casos no fue del tipo de los que se denominan "controlado"...
Por eso Audi colocó a cuatro de sus autos (Blomqvist, Mikkola, Mouton y Mehta) en las cuatro primeras posiciones de la general al cabo de las dos etapas. Ese dominio esta basado -y asi lo certificaron en el recorrido de la segunda etapa- en las bondades de un auto que permite un lucimiento si concesiones a quien lo maneje, siempre y cuando exista la necesaria comunión entre hombre y maquina. Por supuesto, todo requiere su tiempo de "acostumbramiento" y eso, justamente fue lo que le falto a Luis Rubén Di Palma para dar la ultima puntada a una carrera que desde la largada fue para el asombro. El talento del arrecifeño lo llevó muy adelante, en un trabajo sin concesiones. Pero ... para desazón de Luis y obrando en contra de los atractivos de la carrera, un topetazo contra la montaña en el quinto contra la montaña en el quinto prime acabó con toda su chance.
Aunque de todos modos expuso que cuando se tienen condiciones naturales nada es imposible. Claro que, Di Palma pagó tributo a su escasa experiencia sobre un auto y una disciplina tan especiales. De todos modos, lo hecho vale. Y mucho ...
En cuanto a esa permanente lucha que tiene como objetivo primordial el Campeonato Mundial, Lancia se llevó, al cabo de esta segunda etapa, una alegría al ganar su primer prime (Vudafieri) avanzando en la clasificación general. Pero fue evidente que sus autos no funcionaban, en condiciones tan anormales, con la efectividad que acusaron, por ejemplo, en la etapa de apertura, cuando el piso no ofreció dificultades.
Mostraron, como decíamos, una tendencia común al derrape más allá de los limites normales, y si bien, generalmente, corregían con solvencia, no mostraron grandes cualidades para desempeñarse sobre nieve, barro (donde se encajó definitivamente Mayorga) o hielo. La tracción trasera, evidentemente, no sirvió para quebrar la hegemonía de los Audi Quattro. Blomqvist siguió como dominador y a sus espaldas Mikkola y Mouton cuidaron la tibia embestida que intentó Alen trepando un peldaño, o el trabajo de Vudafieri.
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