TC 2000 General Roca
1988
Final con Fuego y humo
Revista Corsa Nro 1135 - Abril de 1988
En General Roca Traverso, en su estilo, culmino una carrera inolvidable
El final de la carrera borró todo lo excelente que se había visto en el mediodía del Alto Valle y será motivo de comentario por mucho tiempo: Traverso logra superar a Oltra, faltando pocas vueltas y a poco se rompe una manguera de aceite de su motor. Envuelto en humo y fuego, llegó agónicamente a una victoria sensacional
Tres fines de semana sin ir mas abajo que al segundo escalón del podio casi lo diría todo. Es muy posible que todos los adjetivos que quisiéramos utilizar para definir el momento por el que esta atravesando Juan Maria Traverso, no lograron dimensionar el verdadero nivel de su talento, jerarquía y calidad de ídolo. En General Roca, como siete días antes en Villa Carlos Paz la gente no podía creer lo que estaba observando.
Cuando Silvio Oltra, con Juan Maria colocándole la trompa de su Fuego debajo del baúl de la del campeón, alcanzo a Carlos Crocco en la zona de frenaje de la horquilla, eligió la cuerda como lugar de "sorpasso".
Como le estaban sacando la vuelta, Silvio interpreto que Carlos los había visto y les iba a dejar ese lugar libre. A su vez Crocco pensó que los dos iban a ir por afuera y se quedo en la zona de transito que venia circulando. Conclusión: Traverso los supero a los dos en la misma maniobra y tomo la vanguardia. Oltra tuvo que frenar para no pegarle a la Sierra y se coló detrás de Traverso pasando también a Crocco, pero sin resto para discutirle en ese momento la posición.
Parecía que todo estaba definido. Faltaban cuatro giros y todos sabemos la experiencia que tiene Traverso para "aguantar" las carreras, y sobre todo cuando esta en la punta. Oltra había tenido una larga charla el sábado con Rubén Benavidez analizando el planteo de carrera que podía darse al otro día. De ese dialogo surgió la certeza de que la carrera iba a ser "áspera" en la punta. Que podía haber roces y que nadie iba a regalar nada. Había varios candidatos que tenían mucho para ganar y nada para perder. Traverso, Gayraud, Bessone, Maldonado, Etchegaray venían de magras performances en Mar del Plata y un buen resultado se imponía para ellos, sin ningún tipo de sacrificios. Las alternativas de Guerra y de Cocho Lopez eran diferentes. Ellos venían de buenos resultados en la primera carrera y habia que tratar de mantener las posibilidades de seguir sumando puntos gordos. Oltra, por su parte, tenia la necesidad de hacer lo propio, pero con mas responsabilidad aun que aquellos, ya que el había ganado en el mar, y era puntero del campeonato 1988, y luce la corona de 1987. Moraleja: el dúo Oltra - Benavidez había decidido en el análisis de la carrera que había que andar fuerte, buscar la punta si era posible, pero no arriesgar la integridad del auto corriendo el riesgo de quedarse a pie y sin puntos. Entrar en el juego de los posibles roces era letal para ellos. Quizá sea por ello que cuando el "flaco" de Ramallo tomo la punta, y en seguida su motor comenzó a humear Oltra, fue muy cauto al buscarlo.
El conducto de aceite que se había cortado de la cupe de Juan Maria hacia que el lubricante cayese por todos lados, pasando por la rueda trasera derecha de la Fuego blanca y bañando el parabrisas de la dorada de Oltra. El resto se desparramaba sobre el piso y ponía la pista casi intransitable, por lo menos al ritmo de los tiempos que venían haciendo los punteros. Así fue que Traverso fue elevando sus tiempos de giro a razón de casi un segundo por vuelta, mientras hacia malabares para llevar la Fuego en medio de una humareda infernal que la envolvía por todos lados e invadía el habitáculo. Medio ahogado por el humo que producía el aceite al derramarse sobre los escapes calientes, Traverso abrió totalmente la ventanilla para poder respirar y, mientras trataba de "adivinar" donde estaban la pista.., y también el campeón.
Oltra por su parte circulaba 24/100 por detrás de la Fuego numero dos, pero solo por instinto, ya que entre el humo y el aceite no veía nada. Intentar pasar en esas condiciones era difícil, y tratándose de Traverso, podríamos decir que imposible. Había que apostar -con frialdad e inteligencia- a ver si aguantaba o no el impulsor de Juan Maria. Llegó con lo justo. En el recuperador, casi no quedaba lubricante. El manómetro de la presión de aceite bajaba irremisiblemente y el motor perdía rendimiento. El final fue apoteótico. Silvio lo busco pero no le alcanzo y perdió por solo 26/100. Fue superado por un grande de verdad. Traverso se quedo con todos los aplausos y con el desborde del publico que lo llevo en andas hasta el podio. Pero Silvio obtuvo quince puntos de oro, como el mismo lo expresara luego, que le permiten mantener una ventaja holgada en la vanguardia del campeonato. Una impecable tarea de los dos, y un final como Traverso nos tiene acostumbrados. ¿Se acuerdan de Pigüé 1986?.
"Cocho" López y Guerra cumplieron también tareas sobrias y destacadas, definiendo junto a un renovado y talentoso Mario Gayraud -corrió con el auto ex Di Palma- el tercer lugar de la carrera. Llegaron los tres encerrados en 74/100. Fue tan vibrante como la lucha por la vanguardia, pero muy poca gente se dio cuenta de ello. Estaban en el delirio con Juan Maria.
Otras tareas para tener en cuenta fueron las de Etchegaray, Bessone, Maldonado, Ohanessian y Pontoriero, este último integrado ahora al equipo de Akel y muy bien asimilado al mismo.
1988
Final con Fuego y humo
Revista Corsa Nro 1135 - Abril de 1988
En General Roca Traverso, en su estilo, culmino una carrera inolvidable
El final de la carrera borró todo lo excelente que se había visto en el mediodía del Alto Valle y será motivo de comentario por mucho tiempo: Traverso logra superar a Oltra, faltando pocas vueltas y a poco se rompe una manguera de aceite de su motor. Envuelto en humo y fuego, llegó agónicamente a una victoria sensacional
Tres fines de semana sin ir mas abajo que al segundo escalón del podio casi lo diría todo. Es muy posible que todos los adjetivos que quisiéramos utilizar para definir el momento por el que esta atravesando Juan Maria Traverso, no lograron dimensionar el verdadero nivel de su talento, jerarquía y calidad de ídolo. En General Roca, como siete días antes en Villa Carlos Paz la gente no podía creer lo que estaba observando.
Cuando Silvio Oltra, con Juan Maria colocándole la trompa de su Fuego debajo del baúl de la del campeón, alcanzo a Carlos Crocco en la zona de frenaje de la horquilla, eligió la cuerda como lugar de "sorpasso".
Como le estaban sacando la vuelta, Silvio interpreto que Carlos los había visto y les iba a dejar ese lugar libre. A su vez Crocco pensó que los dos iban a ir por afuera y se quedo en la zona de transito que venia circulando. Conclusión: Traverso los supero a los dos en la misma maniobra y tomo la vanguardia. Oltra tuvo que frenar para no pegarle a la Sierra y se coló detrás de Traverso pasando también a Crocco, pero sin resto para discutirle en ese momento la posición.
Parecía que todo estaba definido. Faltaban cuatro giros y todos sabemos la experiencia que tiene Traverso para "aguantar" las carreras, y sobre todo cuando esta en la punta. Oltra había tenido una larga charla el sábado con Rubén Benavidez analizando el planteo de carrera que podía darse al otro día. De ese dialogo surgió la certeza de que la carrera iba a ser "áspera" en la punta. Que podía haber roces y que nadie iba a regalar nada. Había varios candidatos que tenían mucho para ganar y nada para perder. Traverso, Gayraud, Bessone, Maldonado, Etchegaray venían de magras performances en Mar del Plata y un buen resultado se imponía para ellos, sin ningún tipo de sacrificios. Las alternativas de Guerra y de Cocho Lopez eran diferentes. Ellos venían de buenos resultados en la primera carrera y habia que tratar de mantener las posibilidades de seguir sumando puntos gordos. Oltra, por su parte, tenia la necesidad de hacer lo propio, pero con mas responsabilidad aun que aquellos, ya que el había ganado en el mar, y era puntero del campeonato 1988, y luce la corona de 1987. Moraleja: el dúo Oltra - Benavidez había decidido en el análisis de la carrera que había que andar fuerte, buscar la punta si era posible, pero no arriesgar la integridad del auto corriendo el riesgo de quedarse a pie y sin puntos. Entrar en el juego de los posibles roces era letal para ellos. Quizá sea por ello que cuando el "flaco" de Ramallo tomo la punta, y en seguida su motor comenzó a humear Oltra, fue muy cauto al buscarlo.
El conducto de aceite que se había cortado de la cupe de Juan Maria hacia que el lubricante cayese por todos lados, pasando por la rueda trasera derecha de la Fuego blanca y bañando el parabrisas de la dorada de Oltra. El resto se desparramaba sobre el piso y ponía la pista casi intransitable, por lo menos al ritmo de los tiempos que venían haciendo los punteros. Así fue que Traverso fue elevando sus tiempos de giro a razón de casi un segundo por vuelta, mientras hacia malabares para llevar la Fuego en medio de una humareda infernal que la envolvía por todos lados e invadía el habitáculo. Medio ahogado por el humo que producía el aceite al derramarse sobre los escapes calientes, Traverso abrió totalmente la ventanilla para poder respirar y, mientras trataba de "adivinar" donde estaban la pista.., y también el campeón.
Oltra por su parte circulaba 24/100 por detrás de la Fuego numero dos, pero solo por instinto, ya que entre el humo y el aceite no veía nada. Intentar pasar en esas condiciones era difícil, y tratándose de Traverso, podríamos decir que imposible. Había que apostar -con frialdad e inteligencia- a ver si aguantaba o no el impulsor de Juan Maria. Llegó con lo justo. En el recuperador, casi no quedaba lubricante. El manómetro de la presión de aceite bajaba irremisiblemente y el motor perdía rendimiento. El final fue apoteótico. Silvio lo busco pero no le alcanzo y perdió por solo 26/100. Fue superado por un grande de verdad. Traverso se quedo con todos los aplausos y con el desborde del publico que lo llevo en andas hasta el podio. Pero Silvio obtuvo quince puntos de oro, como el mismo lo expresara luego, que le permiten mantener una ventaja holgada en la vanguardia del campeonato. Una impecable tarea de los dos, y un final como Traverso nos tiene acostumbrados. ¿Se acuerdan de Pigüé 1986?.
"Cocho" López y Guerra cumplieron también tareas sobrias y destacadas, definiendo junto a un renovado y talentoso Mario Gayraud -corrió con el auto ex Di Palma- el tercer lugar de la carrera. Llegaron los tres encerrados en 74/100. Fue tan vibrante como la lucha por la vanguardia, pero muy poca gente se dio cuenta de ello. Estaban en el delirio con Juan Maria.
Otras tareas para tener en cuenta fueron las de Etchegaray, Bessone, Maldonado, Ohanessian y Pontoriero, este último integrado ahora al equipo de Akel y muy bien asimilado al mismo.
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